El viaje a Hungría al que hemos ido los alumnos de 3º de ESO ha sido simplemente increíble.

Empezando porque es un país muy lejano al nuestro, contradicciones, comidas, bailes y mil cosas súper diferentes a lo que tenemos aquí en España. Eso al menos a mí me ha hecho abrir mucho la mente.

En general, yo creo que todos hemos aprendido muchísimo, además del inglés (que aunque no todos los húngaros hablan inglés, sí la mayoría), tenías que valértelas por ti misma y el inglés era la única forma de comunicación.

La ciudad donde nos alojamos se llama Szeged. Un lugar precioso, muy verde al sur del país, en la que vive una gente de lo más simpática, cariñosa y acogedora. Tuvimos la oportunidad de visitar su catedral y subir a la torre, nada más y nada menos que trecientos escalones uno detrás de otro, pero mereció la pena ver la ciudad desde allí arriba. También pudimos visitar una sinagoga preciosa y pasear por sus calles.

Gran parte de nuestro tiempo lo pasamos en el colegio escolapio de Szeged donde mis compañeros y yo preparamos unos Kahoot y Power Point para que conociesen más cosas sobre España y nuestras costumbres.

Una de las cosas que más me gustó de Hungría fue su capital, Budapest. Fui con mis compañeros y estuvimos todo el día paseando por la ciudad, que es preciosa. Tuvimos la oportunidad de visitar también el parlamento, el castillo de Budapest y cómo no el colegio de escolapios donde comimos. Y lo mejor de todo es que pudimos ver a Roland, escolapio húngaro que estuvo en Granada un curso y nos marcó mucho. Fue un bonito reencuentro.

También durante nuestra estancia en Hungría hicimos numerosas actividades como piragüismo, una actividad en la que nos lo pasamos muy bien, treinta personas teníamos que remar todos a la vez y en la misma dirección, algo que en principio parece fácil, pero os aseguro no lo es. Además, fuimos a un parque acuático, a un museo de ciencias naturales y de un modelo de zapatos típico de la zona, etc.

También me gustaría destacar la barbacoa en casa de uno de los alumnos húngaros, Zoltan. Pasamos una tarde maravillosa en su jardín con sus padres y también con los profesores.

Esta experiencia también me ha servido para hacer nuevos amigos y conocer a mucha gente increíble. Algunos alumnos españoles tienen intención de volver a Hungría este verano para reencontrase con ellos.

Por cierto, la comida húngara, aunque era diferente a la nuestra estaba muy buena. Incluso algunos de los más delicados en esto del comer lo dicen.

Si tenéis la oportunidad de participar en un intercambio como este no lo dudéis, seguro que no os arrepentís.

Un fuerte abrazo.

Elena Ordóñez, 3ºA de ESO.

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