El pasado viernes 29 de enero celebramos en nuestro cole, como todos los años, el día de la Paz. Con las medidas sanitarias necesarias y viendo como oportunidad para ser creativos/as la realidad de la pandemia, diseñamos un nuevo plan de actividades, para conmemorar siempre la vida y ejemplo de Mahatma Gandhi y de tantas personas que han «luchado y luchan» (con medios pacíficos) por la paz en nuestro entorno, escuelas, barrios y en el mundo. Porque queremos creer con todas nuestras fuerzas en nuestro cole que «el amor universal es mejor que el egoísmo, la no-violencia es mejor que la violencia y la paz es mejor que la guerra».
De esta manera, durante la semana pasada, nos inventamos formas nuevas de realizar los tradicionales «hermanamientos» de clases, donde los/as mayores del colegio preparábamos pequeñas manualidades o propiciábamos ciertos encuentros (con distancia y en el patio) con las clases de los/as más pequeños/as, para generar un verdadero ambiente de «fraternidad escolar» y para hacernos más conscientes de que con nuestro ejemplo y con la educación, como subraya el Papa Francisco, podemos encontrar la «llave» para un mundo más justo y pacífico. El intercambio de vídeos y bailes grabados también fue muy bonito para todos/as, educadores/as incluidos/as.
Además, el propio día 29 realizamos cuatro Actos por la Paz distintos: aprovechando los distintos momentos de recreo, en los patios, realizamos cuatro actos, por etapas (primeros años del cole; segundo ciclo de Primaria; la ESO y Bachillerato, por separado) donde, además de leer un manifiesto compartido y de escuchar una canción para «bailar por la paz», rezamos un Padre Nuestro, pidiendo la paz como «don del cielo para los corazones» y liberamos unas palomas mensajeras, como símbolo de la concordia y de nuestro compromiso compartido para ser «artesanos/as de paz». Las palomas habían estado ya en las clases de Infantil e hicieron las delicias de los/as más pequeños/as. Incluso liberando alguna, se colaba de nuevo en el cole, por una de nuestras ventanas. ¡No se querían marchar!
En definitiva, fue una semana llena de actividades sencillas y simbólicas que culminaron en actos muy coloridos donde todos/as seguimos tomando conciencia de la importancia de construir, con nuestros actos, el mundo que soñamos, el que nos inspiran Jesús y Calasanz.
¡Paz en nuestros corazones siempre!
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